
Cuando los Nuevos Románticos desembarcaron en La Movida
Por la mítica sala madrileña, estandarte de La Movida, pasaron muchos de los grandes nombres de la música nacional e internacional. Pero sin duda, una de las actuaciones más destacadas fue la de Spandau Ballet, de la que se cumplieron 40 años el pasado verano.
Llegaron pisando fuerte, como líderes indiscutibles de los Nuevos Románticos, y de todo un número de bandas y un enorme movimiento cultural que estaba despertando en Londres. Nosotros despertábamos algo más despacio, pero nos poníamos al día a pasos agigantados. No nos íbamos a quedar atrás.
Hemos intentando reconstruir la historia de una actuación que, de alguna manera, marcó un antes y un después, tanto para la administración y los trabajadores de la sala, como para muchos de los asistentes. Para ello, hemos hablado con varias personas que vivieron el momento en primera persona, y recopilado una sería de datos y anécdotas; que dan fe de lo que significó la llegada de los Nuevos Románticos a la capital.
‘Con el grupo contactó el locutor de radio Mario Armero, que había estudiado en Inglaterra y conocía a gente en el mundo de la música allí. Él lo arregló todo’, nos cuenta Pepo Perandones.
‘Como éramos una sala relativamente nueva, y no nos conocían, nos exigieron el pago por adelantado. Yo mismo viajé a Londres con el efectivo (375.000 pts) encima para ponérselo sobre la mesa a su represéntante. Aproveché el viaje para visitar las tiendas de discos allí y traerme varios que aquí no se podían conseguir. Fue el primero de muchos viajes que hice así. Por eso Rock-Ola tenía la mejor música de Madrid.Teníamos una colección de discos impresionante’.
Tengo que reconocer que, sin haber podido asistir, por desgracia era todavía demasiado jovencita para ir a un concierto, tengo la fortuna de contar con una entrada del concierto en mi colección. Por eso me sorprendió recibir una foto del poster con la fecha del día siguiente al que aparece en la entrada.
‘Pepo, aquí hay algo que no cuadra. Imagino que el poster es el original, y si es así, alguien está falsificando entradas y vendiéndolas en páginas de coleccionismo desde hace años’.
‘El poster es, sin duda, original. Pertenece a la colección privada de Lorenzo Rodríguez, el que fuera gerente de la sala, la foto la ha hecho él mismo para ti. Y las entradas también parecen buenas. No recuerdo exactamente en qué fecha fue, pero fue un domingo seguro. Por lo tanto, la fecha de poster parece la correcta. Pero déjame que consulte con él y te digo’.
Y Lorenzo recuperó la historia que había permanecido dormida estos 40 años; y de la que la mayoría de los asistentes, incluido el personal, no pareció haberse dado cuenta.
En un principio, el concierto estaba programado para el sábado 11 de julio, pero; antes de que se pudiera firmar el contrato, representantes del grupo pidieron cambiarlo al domingo 12.Les había llegado una oferta del mítico KU en Ibiza y les querían también el día 11. Siendo julio en Madrid, sábado o domingo no importaba demasiado, y la sala estaba tan interesada en que tocaran allí que no les costó mucho acceder a la petición.
El diseñador puso la fecha que se había apalabrado en las entradas y la real en los carteles y panfletos. Nadie se dio cuenta del error hasta que no se habían vendido como la mitad. Se contactó con las emisoras de radio que avisaron de la equivocación, y a los pocos que aparecieron en la puerta el sábado se les dio la opción de entrar ese día o volver al siguiente. Todos decidieron volver, querían ver a Spandau Ballet. ‘La verdad es que no recuerdo bien si llegamos a hacer entradas nuevas con la fecha correcta, o si se siguieron vendiendo esas explicando el error de fecha’, añade Lorenzo.
Hemos intentado encontrar alguna entrada con la fecha correcta entre los muchos que todavía la conservan; y no lo hemos conseguido , nadie parece tener ninguna. Todas parecen llevar la fecha del sábado. ‘De todos modos, esa fue la última vez que trabajamos con ese diseñador’, nos cuenta Pepo. ‘No nos gustó el diseño que hizo, un grupo como Spandau se merecía algo mucho mejor, con más calidad. A partir de entonces yo mismo me encargaría de los diseños’.
Aunque corre el rumor de que para el cantante del grupo que actuó ese sábado, esto fue algo más que una simple anécdota. Estaba convencido de que el error les había perjudicado en las ventas; y que esa había sido la razón de que no llenaran. De hecho se cabreó, y mucho, cuando vio que había gente que se iba para volver el día siguiente. El grupo en cuestión era Radio Futura, el cantante, no otro que Santiago Auserón.

La colección de posters de Lorenzo es tan extensa que se ha hecho una exposición con parte de ella. Y un número de ellos cuelgan, generosamente donados por él, en las paredes del Museo Reina Sofía; como parte de una nueva sala dedicada a la cultura popular; y, en especial a la cultura de los 80. No solo conserva posters, sino muchos otros recuerdos y mementos de la sala. Entre ellos, los libros donde anotaba las cuentas de los distintos conciertos, en en los se encuentra la página que mostramos aquí, con los números relativos al que nos atañe.

‘Cuando llegaron, todos asumimos que eran de familias acomodadas, los típicos dandis ingleses, por lo bien que vestían. Nos quedamos sorprendidos al descubrir que eran de clase trabajadora’, recuerda Pepo. ‘Hubo un momento muy tenso, cuando salieron al escenario, y la gente comenzó a escupirles. Creí que aquello iba a acabar mal. Escupir era algo bastante corriente en Rock- Ola al principio. El público escupía a los artistas como muestra de su aprecio. Incluso hubo grupos asiduos de la sala que también escupían de vuelta al público. Imagino que venía de un pasado más punk.’
‘Pero enseguida se vio que al grupo no le hacía ninguna gracia, era muy patente. El público también se sorprendió de que no les gustará, y no entendían muy bien por qué no apreciaban el esfuerzo. Pensé por un momento que acabaría muy mal. Pero, después de un par de canciones se creó una especie de simbiosis entre el grupo y la gente allí asistente; y, desde ee momento, todo fue muy bien. El público dejó de escupir y se envolvieron en la música del grupo. Fue un concierto espectacular. Uno de los mejores que jamás tuvimos, y uno que recuerdo con mucho cariño’, sigue contando Pepo.
Si hay una constante que se repite en la descripción general del concierto, es el intenso calor. Noche de julio en Madrid, en un lugar acorde con la época, sin aire acondicionado y lleno a reventar. Se vendieron 1.200 entradas, como demuestran las anotaciones del libro personal de cuentas de Lorenzo. A eso habría que añadir todos los invitados, en especial los de la discográfica. Todo el mundo quería ver a la gran promesa del pop británico, que estaban dando tanto que hablar. Y todo ‘´él que se preciaba’ estaba allí esa noche para ver a Spandau Ballet actuar por primera vez en Madrid.
‘El calor era tan brutal, que el sudor de todos aquellos cuerpos se evaporaba y condensaba en una gran nube en el techo, mezclándose allí con el humo de los cigarrillos’. Y es que en aquella época se fumaba en todos partes, y a lo bestia. ‘Ese mismo calor hacía que de aquella nube acabará lloviendo sobre ti’. ‘¡Qué calor hacia!’. ‘Todos sudados como pollos. Recuerdo haber visto a Alaska y Ana Curra en el baño, encharcadas en sudor, comentando lo mucho que les había gustado el concierto’.

Hubo muchos que se desplazaron desde todas partes de España para el evento. Todo un viaje que algunos recuerdan como una gran aventura, y algo que marcaría su vida y su carrera. En palabras de Ricardo Texidó (Danza Invisible): ‘Fui miembro fundador del grupo Danza Invisible al que le puse nombre, y escribí y compuse un buen puñado de canciones de la primera época, y aquí empieza ya la conexión Spandau Ballet. Porque, aunque el nombre lo saqué de hacer cábalas con varias palabras: “ritual, danza, magia, invisible”, elegidas de un libro llamado El África Negra, Cris (el bajista) y yo teníamos claro que parte de nuestra música debería poderse “bailar” de alguna manera nueva oleada o new romantic. Si nos fijamos, Spandau Ballet tiene la palabra “ballet” en su nombre. Y yo pensé que danza era un buen símil para usar en el nuestro y tras probar danza ritual y danza invisible al ver que mis compañeros no se decidían ni prácticamente opinaban, elegí danza invisible como el nombre del grupo. Por supuesto que, cuando Cris y yo nos enteramos de que Spandau tocaba en España y en la sala Rockola, decidimos ir preparando el viaje y, como siempre, aprovechar la estancia en Madrid para llevar una maqueta e intentar moverla allí, ya que al vivir a 600 km no es que fuéramos digamos nacidos en la movida sino que creamos nuestra propia movida en Torremolinos y Málaga. Así pues, tras ser muy fans del primer LP Journeys to Glory (véase ‘Así marchamos a la gloria’ del primer lo de Danza y escrita por mí) y también del segundo, nos pillamos el autobús Málaga-Madrid, que tardaba más de ocho horas y creo que el aire acondicionado todavía no estaba de moda. Al llegar a Madrid nos hospedamos en el sitio más económico que podíamos encontrar en la calle Manuela Malasaña, Hostal Maravillas, allí nos duchamos, maquillamos y acicalamos con nuestras mejores galas! Después a coger el metro hasta Avenida América y con un sentimiento muy emocionante, como pasaba cuando teníamos 18-19 años que ibas a ver a tus ídolos… Pues entramos al Rockola, donde allí tuvimos la oportunidad de conocer a muchos músicos y gente miembros del grupo de la movida…Golpes Bajos, que también se acercaban a Madrid desde Galicia para hacer sus gestiones y muchas veces coincidíamos en los conciertos, como en este caso el de Spandau Ballet. El concierto fue un pelotazo, el batería llevaba roto-toms como yo y su sonido, ritmos, vestimentas y actitud eran exactamente lo que en ese momento necesitábamos para impregnarnos de todas las nuevas músicas venidas sobre todo de Gran Bretaña. Y bueno, resumiendo “to cut a long story short”, añadir que por supuesto nos fijábamos en la manera de tocar los tipos de ritmos, los sonidos y sintes, los rasgueos de guitarra… Procurábamos impregnarnos de todo para después hacerlo nuestro e incluirlos en nuestra música y en las canciones de la primera época de Danza Invisible. No soy nostálgico, pero desde la distancia puedo afirmar que fue una época única e irrepetible y que me siento muy orgulloso de haber sido partícipe y de aportar mi granito de arena. El ambiente fue increíble, uno de los conciertos que recuerdo con más cariño’.
Tras el directo, la sala se convirtió en discoteca, con Pepo como DJ. ‘La primera canción que sonó aquella noche después del concierto, fue ‘Heros’ de David Bowie. Antes del concierto tuve una conversación con el grupo y les pregunte qué música les gustaba. Varios de ellos se declararon fans de Bowie y mencionaron ese tema en particular. Así que, en su honor, como una manera de darles las gracias, fue el primer tema que sonó’. Perfecto colofón para una noche tan especial, de la que ellos se convertirían en los héroes.
Acabada la actuación, se desplazaron al Golden (famoso ‘Bar del Oro’ de la canción de Mecano), donde se había organizado una fiesta en su honor. Allí, se conocerían Alex y Cristina.
‘Estábamos en la barra al lado de Gary Kemp, riéndonos del atuendo que llevaba. Iba envuelto en lo que parecía una manta. ¡En Madrid, en pleno mes de julio! ¡Con el calor que hacía!’, nos cuenta Alex de la Nuez.
Aquella actuación, como casi todas las que se hicieron en la sala, se grabó en video. Desgraciadamente, un incendio devoraría el almacén en noviembre del 84, reduciendo a cenizas grabaciones y fotos, así como esa maravillosa colección de discos que con tanto esfuerzo Pepo trajo de Londres, viaje a viaje.
De ella solo quedan unas pocas fotos tomadas por la audiencia; y que, generosamente, se nos han permitido utilizar para este artículo. El destino también potenció que se grabaran varios temas para el programa de televisión ‘La Edad de Oro’. Aunque no se llegaran a emitir hasta casi dos años más tarde, junto con una entrevista que se le hizo al grupo en un descanso de los ensayos. Ambas pueden disfrutarse en la web de RTVE.
Durante ese viaje, también aprovecharían para grabar el famoso programa ‘Aplauso’, promocionando su primer trabajo. Esa actuación incluiría el que ya se pronosticaba como todo un éxito, ‘To Cut a Long Story Short’. Esta grabación también se encuentra disponible en la web de RTVE.

Así fue el paseo de los líderes del movimiento Nuevo Romántico por la Movida Madrileña. Contando con las palabras; y, sobre todo con el cariño, de los que lo vivieron.
Nuestro agradecimiento a todos los que han querido compartir sus recuerdos con nosotros. Y, en especial, a dos de los miembros del grupo: Tony Hadley y Steve Norman que, no solo corroboraron algunas de las historias, sino que además, muy amablemente grabaron sendos mensajes de agradecimiento para el grupo de amigos de Rock-Ola en Facebook, dándoles las gracias por la gran acogida que recibieron hace 40 años.
