
Han pasado diecisiete años desde el último disco de estudio de este dúo británico, nacido en Bath en 1981. Diecisiete años desde aquel alegre y colorido “Everybody loves a happy ending” que, si bien no consiguió muy buenos resultados en las listas de ventas, sí trajo una gira más que memorable en 2005 y la reforma de la banda tras más de 10 años separados.
Roland Orzabal y Curt Smith, archiconocidos por temas históricos como “Shout”, “Everybody wants to rule the world” o “Sowing the seeds of love”, saben que no tienen ya nada que demostrar, pero necesitan seguir haciendo música para curarse de la dura realidad.
2022 nos trae su séptimo álbum de estudio, “The Tipping Point”, un LP fruto de la vida misma. Orzabal perdía en 2017 a su esposa y amor desde la infancia, Caroline, también amiga de Curt desde los 13. Los problemas de Caroline con el alcohol derivaron en demencia y cirrosis. Orzabal describe aquella época como un infierno. Desde 2007 se había convertido en el cuidador de su esposa, retirados en su gran casa de campo, con un círculo de amigos que, de manera desgarradora, era cada vez más reducido. “Necesitaba un respiro de la enfermedad constante, la disfunción constante y, como de costumbre, como siempre he hecho toda mi vida, me dediqué a las letras y las canciones”, dice.
Tras el fallecimiento de Caroline, el cantante estuvo tan destrozado en todos los sentidos que sufría ataques, convulsiones, alucinaciones… Tomaba medicamentos por su cuenta para intentar sentirse mejor, pero no evitaban los movimientos involuntarios y pasó por el extraño episodio de no poder ver en 3D. Dentro de su angustia, sentía que era el fin. Pasaron por su cabeza todas las personas que amaba y que había perdido, y fue entonces cuando pensó que Curt era un tipo realmente importante para él. Roland reflexionó sobre su amistad, a la que describe como una relación de hermanos. Da igual las idas y venidas a lo largo de la vida, nada puede romper lo que les une.
En aquel entonces, Roland ya estaba con su nueva pareja, la fotógrafa norteamericana Emily Rath, quien le animó a recuperar su relación con su amigo. A principios de 2020, un mensaje de Emily los reunió en Los Ángeles. Una guitarra y unas notas después, volvían a tener 18 años. Realmente no había ningún problema entre ellos, disfrutaban juntos y disfrutaban de la música. Aquel día, a Curt se le ocurrió un riff increíble, que sería la base para el tema “No small thing”. Y así, sin más, y como solo les sucede a los genios, nació el nuevo álbum.
La rehabilitación de Roland fue rápida y efectiva. Las energías fluyeron de manera increíble a la hora de componer este nuevo álbum, con temas que conectan lo personal y lo político, que se pueden interpretar de manera individual o colectiva… Un recorrido por el yo interior de estos dos musicazos que, según dicen ellos mismos, “si Dios existe, esta es la tarea para la que Él nos ha puesto en la tierra”.
“The Tipping Point”, alcanzó el nº 2 británico en la misma semana de su lanzamiento, el nº 1 en EEUU y posiciones similares en otros muchos países. Ellos mismos aseguran que son los primeros sorprendidos ante la buena acogida el disco.
Dicen de este álbum que “es más ‘nosotros’”. Y es verdad. Las reminiscencias de su sonido de los 80 permanecen a lo largo de cada tema, como una capa sutil y casi disimulada sobre la que han construido melodías y sonidos nuevos, profundos y maduros, con influencias gospel, new wave, pop o “beatlelianas”.
Así, nos encontramos con el alma más dañada de Orzabal en temas como “Stay”, una balada hipnótica muy al estilo Johnny Cash, o en “My demons”, último single hasta ahora del LP, con unos sintetizadores maravillosamente agresivos que aportan esa magia única de este instrumento, que torna lo oscuro en alegre.
Con una base rítmica muy de los 80, “The Tipping Point” se toma su tiempo para nacer como balada. Un punto de inflexión entre los infiernos, el proceso de curación y un deseo de un futuro más amable.
La política también está presente en “Break the man”, oda feminista contra el patriarcado, firmada por Smith y el guitarra que les ha acompañado en directo casi toda su carrera, Charlton Pettus. Es probablemente el único tema en el que Orzabal no ha participado y que nos hace descubrir quién es el responsable del sonido más pop del dúo.
Mención especial a “Rivers if mercy”, una impresionante balada con referencias religiosas que transmite el amargo sabor del dolor en forma de himno, con unos coros cautivadores y una instrumentación que va in crescendo hasta elevar el alma en busca de la sanación y la salvación.
Además, por si estos 10 temazos no fueran suficientes, en la edición deluxe CD encontrarás un tema añadido, «Secret location». Y en la edición súper Deluxe CD, otros dos: «Let it all evolve» y «The shame».
Y todavía quieres más, ya puedes disfrutar del potente directo de estos “sesentañeros”, desde el 1 de julio hasta el 18 de septiembre, en diversas citas en el Reino Unido.
Hay sentimientos sobre los que no se puede escribir sin haberlos sentido, igual que esta música no podría haber sido creada sin haber saboreado la tragedia. Los fans de la banda, a estas alturas de nuestras vidas, nos sentimos agradecidos por el legado de Tears For Fears, pero también por este regalo nuevo que encaja en la vida de muchos, para bien o para mal, como un guante.
Cristina Blanco