
El pasado 5 de octubre, en Madrid, tuvo lugar la premier oficial de “La Historia Interminable, el musical”, en un Teatro Calderón atestado de celebrities y con la actuación especial (y soñada por muchos) del cantante Limahl.
En 1984, tan solo 5 años después de que el alemán Michael Ende publicara su novela “La Historia Interminable”, el director Wolfgang Petersen decidió llevarla al cine con un rotundo éxito que ha llegado hasta nuestros días. Esa película marcó la vida de mucho ochenteros, entre otras cosas, gracias al tema principal, homónimo de la novela, “Neverending Story”.
38 años después del estreno de la película e influido obviamente por el espíritu de Fantasia (sin tilde, tal y como lo escribía Ende en alemán), Dario Regattieri y la productora de la que es CEO, beon.Entertainment, nos regalan este musical mágico, realmente complejo de adaptar y con sello 100% español.

Más fiel a la novela que la propia película y con una carga de imaginación y emoción sorprendente, los 35 artistas que pasan por el escenario nos devuelven aquellos sentimientos de ilusión y ensoñación que teníamos de niños y que, desgraciadamente, vamos perdiendo según metemos el pie en la Nada una y otra vez.
Arropando a las caras visibles de la obra, hay un equipo numerosísimo de colaboradores a quienes Dario nombró y sacó al escenario, uno por uno, al final de la representación. La emoción del productor era patente, tras más de dos años de arduo trabajo para traer a la vida una obra de primerísima calidad. Más de 150 prendas artesanales, 82 pelucas y 30 tocados, criaturas animatrónicas, coreografías espectaculares y una puesta en escena exquisita, son algunos de los motivos por los que nadie debería perderse esta experiencia. Sin ánimo de adelantar nada, cabe destacar un increíble número de claqué al más puro estilo Broadway, el toque español de uno de los personajes, el hiperrealista caballo Artax, los guiños a la modernidad en los diálogos… Pero no, mejor no desvelar nada, hay que vivirlo y sentirlo.
Al margen de las píldoras filosóficas que nos deja esta obra para todos los públicos (por favor, llevad a toda la familia, os lo agradecerán), decir que los 16 temas de Iván Macías (El Médico, El Tiempo entre Costuras, etc), con letras de Félix Amador, son las puntadas perfectas que hilan esta historia entrañable y que nos guían hasta el tan esperado tema final, una versión del archiconocido “Neverending Story”, cantada por los actores para el público y viceversa, con una entrega absoluta en una especie de catarsis ochentera.
El héroe Atreyu, interpretado en el estreno por el niño Marcos Sarnago, tiene una presencia imponente y una expresividad que se ganó a toda la audiencia. Bastian, interpretado por Noelia Rincón en esta ocasión, pero siempre interpretado por niñas, es el epítome de la perfección vocal mezclada con un impresionante poder de emocionar. La Emperatriz, Teresa Abarca, solo se puede decir que estuvo grandiosa en toda la extensión de la palabra. Y en general todos los artistas: Josean Moreno (Fujur y Karl Konrad), Teresa Ferrer (Xayide), Alex Forriols (Gmork)… son artistas para los que no hay calificativos suficientes que describan su calidad y calidez. Uno solo puede sentarse y dejarse llevar por la emoción, como si de una terapia de recesión a los sentimientos de nuestra infancia/juventud se tratase.

Si hay algún ‘pero’ en esta magnífica obra es, tal vez, el decorado. Muy bien pensado para introducir a los diferentes personajes, pero, en ocasiones, demasiado vacío para una historia que no deja de ser un despilfarro de fantasía.
Por lo demás, mención especial al sonido, cien por cien en directo, pero tan puro y con una ejecución por parte de la orquesta y de los actores tan tremendamente brillante, que cualquiera juraría que es una grabación de 40 pistas en un sistema de última generación. Espectacular.
Es, además, la primera vez que se utiliza la animatrónica en un evento de estas características. La empresa KREAT FX está detrás de ese Comepiedras, de Vetusta Morla o de un Fujur que te llegará al alma protagonizando dos de los momentos álgidos de la obra, en la que el teatro se viene literalmente abajo en una explosión de emoción de adultos que vuelven a ser niños para aplaudir, gritar y llorar con todas las ganas.
El gran Colin Arthur, gurú de la animatrónica, no quiso perderse esta innovadora manera de hacer teatro, llevándose una de las ovaciones más calurosas de la noche. Arthur, padre de las criaturas fantásticas de películas como “Alien”, “Conan el Bárbaro”, “Furia de Titanes”, “2001 Odisea en el Espacio”…, desveló que las de la película “La Historia Interminable” fueron realizadas en el mejor taller del mundo que, curiosamente, estaba ubicado en las afueras de Madrid.

Tras finalizar la representación y tras una larga ovación, la presentadora del evento entrevistó al tan esperado Limahl, quien explicaba así su agradecimiento a “La Historia Interminable”:
“Nací en una pequeña ciudad del norte del Reino Unido, en una familia pobre (“no dinero”, decía él en español). Y he tenido la suerte de que mi música y mi carrera me han llevado por todo el mundo para conocer tantas culturas y tantas personas interesantes”. Tras el estreno aseguraba sentirse como niño viviendo este maravilloso musical con tanta gente talentosa.
Limahl, a pesar de que ya no alcanza los agudos como antes, cantó su “Neverending Story” con algunos de los artistas principales de la obra, levantando a todo el mundo de sus asientos como colofón de esta gran fiesta, disfrutada a tope tanto por nostálgicos como por las nuevas generaciones, que aplaudían a rabiar.
Y es que, en realidad, ¿quién puede tener nostalgia de los 80 teniendo un presente así de maravilloso?

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Las entradas están disponibles a la venta, aquí:
Cristina Blanco